Enseñar, una tarea difícil para Mr. White

Photo by NeONBRAND on Unsplash

El primer capítulo de la primera temporada de “Breaking bad” (2008) presenta una escena de interés particular para el presente artículo: Un profesor de Química inicia la clase. Emplea elementos motivadores para describir qué es la Química. Sin lugar a duda, lo hace de una forma atractiva y de gran impacto visual, pues usó como parte de su explicación el fuego y cómo, mediante la aplicación de compuestos, este adquiría distintos colores. La cámara gira 180° grados y enfoca a estudiantes aburridos, abstraídos en actividades como conversar, observar el celular y dormir. Solo uno pregunta y dos atienden a la explicación. La clase está conformada por más de veinte personas. Esta pieza de la ficción retrata de forma muy representativa las dificultades que se pueden presentar en una clase, ya sea en el nivel secundario y/o universitario hoy en día.

En el contexto en el que nos encontramos, mantener un modelo educativo donde se prioriza sobremanera el aprendizaje de contenidos, teorías y demás corpus conceptuales estará condenado a fracasar, ya que el ámbito en el que ahora se forman los estudiantes no será el mismo cuando hayan terminado la carrera. Mucho menos cuando comiencen algún programa de especialización o postgrado. En la actualidad, el estudiante debe ser puesto en un contexto similar al real y donde se le permita, en primer lugar, desarrollar competencias y, segundo, abstraer e internalizar el marco conceptual que le permitirá comprender y trabajar con los componentes de la realidad ligados a su quehacer profesional.

Una competencia, desde la perspectiva de García (2010), se caracteriza:

Por tener una naturaleza compleja, global, holística, integradora y reflexiva; promueven el desarrollo del compromiso del estudiante con su aprendizaje como forma de desarrollo gradual de la conciencia sobre el mundo y sobre sus posibilidades. Son acordadas mediante la participación de los miembros de una comunidad universitaria, abiertas al contexto del que se nutren y favorecidas a través del desarrollo de experiencias de aprendizaje auténticas (p.57).

Entonces, la naturaleza de una competencia encierra varias perspectivas que apuntan al desarrollo del estudiante en un contexto individual, social e histórico-cultural. Asimismo, estas pueden ser definidas, en términos generales, como el resultado de una reflexión sobre la realidad, la profesión y el tipo de profesional que se desea formar, partiendo desde un contexto actual y vigente hacia un futuro cambiante, dinámico, exigente y competitivo.

Considerando la naturaleza y definición de una competencia, se debe asumir que el estudiante, ya sea en la secundaria o la universidad, debe enfrentarse a situaciones “reales” que le permitan desarrollar sus competencias, reflexionar sobre cómo resolver el problema planteado y determinar qué conocimientos utilizará ante ello. Luego de esto, el estudiante debería autoevaluarse para así lograr la metacognición y, en última instancia, aplicar lo aprendido a un hecho concreto.

Hasta este punto ya se ha precisado qué debería tener en cuenta Mr. White, protagonista de Breaking Bad, para abordar la dificultad que presenta su clase. Sin embargo, y es una de las preguntas más frecuentes que los docentes del contexto universitario se plantean, ¿cómo hacer que los estudiantes se enganchen con la clase, aprendan y desarrollen sus competencias?

Como primer punto, se debe que partir de dos principios: 1) el estudiante es el gestor de su propio aprendizaje; 2) el aprendizaje inicia con el acercamiento a situaciones reales. En segundo lugar, debe considerarse el contexto sociohistórico y cultural del estudiante. ¿Por qué? Sencillo, un profesional no solo es tal en función de un factor económico y de realización, sino también es responsable de contribuir positivamente al sostenimiento y desarrollo de la sociedad.

Propondremos como ejemplo, la enseñanza de las normas APA para la redacción de un texto expositivo. Para diseñar una secuencia de actividades que desarrollen las competencias establecidas en la comunidad universitaria, estas deben considerar los principios antes mencionados. La sesión podría considerar la siguiente secuencia:

Lectura de un fragmento de Racismo y mestizaje de Gonzalo Portocarrero.

Análisis del texto.

Planteamiento de la interrogante: ¿Cómo se presenta el racismo en el Perú?

Consulta y selección fuentes de la información.

Sistematización de las ideas en un organizador visual.

Elaboración del plan de redacción de un texto expositivo.

Redacción del primer borrador del texto.

Socialización de su producción entre sus compañeros.

Edición del texto para que su posterior publicación mediante la aplicación

En esta lista se encuentran, de modo implícito, las líneas directrices que articularían la educación basada en competencias y la enseñanza de la escritura a partir de una estrategia: 1) El estudiante debe ser el gestor de su propio aprendizaje y el docente asumir el rol de guía. 2) Las actividades deben partir de un elemento motivador que esté vinculado a las prácticas discursivas. En este caso, se ha determinado investigar y escribir sobre el racismo, problema histórico en nuestro país y que se presenta de forma común y reiterada en noticias, espectáculos y bromas. Asimismo, con esta actividad se prevé desarrollar una competencia específica: pensamiento crítico. 3) El estudiante es quien evalúa su propio progreso y el de sus compañeros. Identificar posibles errores en los trabajos que lea, le permitiría corregir su propio discurso. 4) Al enfrentar al estudiante a una situación real (publicar su texto en la red), se sale de la virtualidad de los ejercicios de escritura. Esto generaría en el estudiante una actitud distinta y, además, sería el comienzo para el fortalecimiento del hábito de escribir, actividad poco desarrollada por los estudiantes jóvenes y práctica vital en la universidad.

Una competencia es un constructo complejo y multidimensional que procura desarrollar las habilidades, actitudes, conocimiento y ser del estudiante mediante situaciones diseñadas cuidadosamente para ello. En el caso de la sesión citada, las competencias previstas son el pensamiento crítico, responsabilidad social, trabajo en equipo y aprendizaje autónomo. ¿Cómo se relacionan? El estudiante asume un nuevo rol: escritor/lector (pensamiento crítico, aprendizaje autónomo). El contenido juega un rol más que instrumental, se constituye como una contribución a la comprensión de un problema histórico como es el racismo (responsabilidad social). Por último, la actividad de editar el texto para publicarlo posteriormente en Wattpad sitúa al estudiante en una situación comunicativa real y, por otra parte, posibilita el fortalecimiento de la expresión escrita.

En conclusión, la educación actual debe optar por un modelo que contemple el desarrollo de competencias que apunten a la formación de un estudiante preparado para contribuir al progreso de la sociedad. Asimismo, el diseño de estas sesiones debería partir del interés del estudiante, una situación “real” que le permita utilizar los conocimientos adquiridos y poner aprueba las destrezas que haya adquirido. Por lo tanto, se finalizaría este texto, planteándole una idea a Mr. White: enseñar es mostrar el camino y acompañar en el desarrollo de competencias que le permitirán al estudiante enfrentarse a una realidad aún no conocida.

 

 

Referencias

García, M. (2010). Diseño y validación de un modelo de evaluación por competencias en la universidad. [Tesis doctoral]. Universidad Autónoma de Barcelona.

Gilligang, V. (Director) (2008). Breaking bad. [Serie de televisión]. Estados Unidos: AMC. 1° temporada.


Comentarios