El
primer capítulo de la primera temporada de “Breaking bad” (2008) presenta una
escena de interés particular para el presente artículo: Un profesor de Química
inicia la clase. Emplea elementos motivadores para describir qué es la Química.
Sin lugar a duda, lo hace de una forma atractiva y de gran impacto visual, pues
usó como parte de su explicación el fuego y cómo, mediante la aplicación de
compuestos, este adquiría distintos colores. La cámara gira 180° grados y
enfoca a estudiantes aburridos, abstraídos en actividades como conversar,
observar el celular y dormir. Solo uno pregunta y dos atienden a la
explicación. La clase está conformada por más de veinte personas. Esta pieza de
la ficción retrata de forma muy representativa las dificultades que se pueden
presentar en una clase, ya sea en el nivel secundario y/o universitario hoy en
día.
En
el contexto en el que nos encontramos, mantener un modelo educativo donde se
prioriza sobremanera el aprendizaje de contenidos, teorías y demás corpus
conceptuales estará condenado a fracasar, ya que el ámbito en el que ahora se
forman los estudiantes no será el mismo cuando hayan terminado la carrera.
Mucho menos cuando comiencen algún programa de especialización o postgrado. En
la actualidad, el estudiante debe ser puesto en un contexto similar al real y
donde se le permita, en primer lugar, desarrollar competencias y, segundo,
abstraer e internalizar el marco conceptual que le permitirá comprender y
trabajar con los componentes de la realidad ligados a su quehacer profesional.
Una
competencia, desde la perspectiva de García (2010), se caracteriza:
Por
tener una naturaleza compleja, global, holística, integradora y reflexiva;
promueven el desarrollo del compromiso del estudiante con su aprendizaje como
forma de desarrollo gradual de la conciencia sobre el mundo y sobre sus
posibilidades. Son acordadas mediante la participación de los miembros de una
comunidad universitaria, abiertas al contexto del que se nutren y favorecidas a
través del desarrollo de experiencias de aprendizaje auténticas (p.57).
Entonces,
la naturaleza de una competencia encierra varias perspectivas que apuntan al
desarrollo del estudiante en un contexto individual, social e
histórico-cultural. Asimismo, estas pueden ser definidas, en términos
generales, como el resultado de una reflexión sobre la realidad, la profesión y
el tipo de profesional que se desea formar, partiendo desde un contexto actual
y vigente hacia un futuro cambiante, dinámico, exigente y competitivo.
Considerando
la naturaleza y definición de una competencia, se debe asumir que el
estudiante, ya sea en la secundaria o la universidad, debe enfrentarse a
situaciones “reales” que le permitan desarrollar sus competencias, reflexionar
sobre cómo resolver el problema planteado y determinar qué conocimientos
utilizará ante ello. Luego de esto, el estudiante debería autoevaluarse para
así lograr la metacognición y, en última instancia, aplicar lo aprendido a un
hecho concreto.
Hasta
este punto ya se ha precisado qué debería tener en cuenta Mr. White,
protagonista de Breaking Bad, para abordar la dificultad que presenta su
clase. Sin embargo, y es una de las preguntas más frecuentes que los docentes
del contexto universitario se plantean, ¿cómo hacer que los estudiantes se
enganchen con la clase, aprendan y desarrollen sus competencias?
Como
primer punto, se debe que partir de dos principios: 1) el estudiante es el
gestor de su propio aprendizaje; 2) el aprendizaje inicia con el acercamiento a
situaciones reales. En segundo lugar, debe considerarse el contexto sociohistórico
y cultural del estudiante. ¿Por qué? Sencillo, un profesional no solo es tal en
función de un factor económico y de realización, sino también es responsable de
contribuir positivamente al sostenimiento y desarrollo de la sociedad.
Propondremos
como ejemplo, la enseñanza de las normas APA para la redacción de un texto
expositivo. Para diseñar una secuencia de actividades que desarrollen las
competencias establecidas en la comunidad universitaria, estas deben considerar
los principios antes mencionados. La sesión podría considerar la siguiente
secuencia:
Lectura
de un fragmento de Racismo y mestizaje de Gonzalo Portocarrero.
Análisis
del texto.
Planteamiento
de la interrogante: ¿Cómo se presenta el racismo en el Perú?
Consulta
y selección fuentes de la información.
Sistematización
de las ideas en un organizador visual.
Elaboración
del plan de redacción de un texto expositivo.
Redacción
del primer borrador del texto.
Socialización
de su producción entre sus compañeros.
Edición
del texto para que su posterior publicación mediante la aplicación
En
esta lista se encuentran, de modo implícito, las líneas directrices que
articularían la educación basada en competencias y la enseñanza de la escritura
a partir de una estrategia: 1) El estudiante debe ser el gestor de su propio
aprendizaje y el docente asumir el rol de guía. 2) Las actividades deben partir
de un elemento motivador que esté vinculado a las prácticas discursivas. En
este caso, se ha determinado investigar y escribir sobre el racismo, problema
histórico en nuestro país y que se presenta de forma común y reiterada en
noticias, espectáculos y bromas. Asimismo, con esta actividad se prevé
desarrollar una competencia específica: pensamiento crítico. 3) El estudiante
es quien evalúa su propio progreso y el de sus compañeros. Identificar posibles
errores en los trabajos que lea, le permitiría corregir su propio discurso. 4)
Al enfrentar al estudiante a una situación real (publicar su texto en la red),
se sale de la virtualidad de los ejercicios de escritura. Esto generaría en el
estudiante una actitud distinta y, además, sería el comienzo para el
fortalecimiento del hábito de escribir, actividad poco desarrollada por los
estudiantes jóvenes y práctica vital en la universidad.
Una
competencia es un constructo complejo y multidimensional que procura
desarrollar las habilidades, actitudes, conocimiento y ser del estudiante
mediante situaciones diseñadas cuidadosamente para ello. En el caso de la
sesión citada, las competencias previstas son el pensamiento crítico,
responsabilidad social, trabajo en equipo y aprendizaje autónomo. ¿Cómo se
relacionan? El estudiante asume un nuevo rol: escritor/lector (pensamiento
crítico, aprendizaje autónomo). El contenido juega un rol más que instrumental,
se constituye como una contribución a la comprensión de un problema histórico
como es el racismo (responsabilidad social). Por último, la actividad de editar
el texto para publicarlo posteriormente en Wattpad sitúa al estudiante
en una situación comunicativa real y, por otra parte, posibilita el
fortalecimiento de la expresión escrita.
En
conclusión, la educación actual debe optar por un modelo que contemple el
desarrollo de competencias que apunten a la formación de un estudiante
preparado para contribuir al progreso de la sociedad. Asimismo, el diseño de
estas sesiones debería partir del interés del estudiante, una situación “real”
que le permita utilizar los conocimientos adquiridos y poner aprueba las
destrezas que haya adquirido. Por lo tanto, se finalizaría este texto,
planteándole una idea a Mr. White: enseñar es mostrar el camino y acompañar en
el desarrollo de competencias que le permitirán al estudiante enfrentarse a una
realidad aún no conocida.
Referencias
García,
M. (2010). Diseño y validación de un modelo de evaluación por competencias
en la universidad. [Tesis doctoral]. Universidad Autónoma de Barcelona.
Gilligang,
V. (Director) (2008). Breaking bad. [Serie de televisión]. Estados
Unidos: AMC. 1° temporada.
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